domingo, 7 de agosto de 2011

Las gárgaras del diablo

Por mucho que renuncie a la poesía, me persigue la idea de torcer el brazo al lenguaje, de conseguir esa fusión de imágenes, el balbuceo primigenio de los sueños. Balancearse sobre el filo de dos realidades.

El rumor del agua antes de empezar a hervir, las gárgaras del diablo.

Ayer escribí esas palabras y abrí de nuevo la puerta.
 
Sus bisagras son mandíbulas oxidadas, fauces  que custodian la humedad, que guardan el silencio que encorseta las palabras que nunca diré, el mismo silencio que trata de deshacer los huesos del cadáver con su lengua de sapo. La muerte está siempre acechando y las piruetas del bufón que acabará desnucado no sirven para mucho, tal vez como diversión de un hipotético espectador. La muerte es el silencio, como siempre.

No sé por qué me empeño en tratar de contar historias, en estar tras la cámara y la claqueta de la escritura. Todos queremos ser actores de nuestro propio guión, pero a veces hay que asumir el papel de espectador . Tal vez debería escribir menos, olvidarme de las palabras, tratar de vivir. Pienso en ello estos días.

6 comentarios:

  1. Es muy importante que haya espectadores activos. Que aplaudan, que se rian, que abucheen, que digan esta boca es mía. Sin espectadores, la función se cancelaría.

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  2. No debería ser así, pero es cierto. Al menos si no quiere quedarse en la escritura umbilical. Quien diga que pasa del lector-espectador, miente como un bellaco.

    Gracias por el ánonimo comentario, Anónimo :)

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  3. No creo que tengas razón.

    Es más, te meto en una pequeña aventura que te comento por mail.

    La frase que abre la carpeta, excelente. ¿Cómo va a ser malo que lances una pelota, y dé en la pared de un frontón, y la pared pierda hormigón y se humanice?

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  4. Gracias, Nán, me entran ataques catúlicos de amor/odio. He regresado a Madrid cargadito de poemas en catalino, así que no puedo negar la evidencia. Soy un retorcido. Un abrazo.

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  5. Pero ten por seguro que te sentarás a comer y te pondrán una saborosa sopa de letras. Es inevitable. Las palabras te seguirán a donde quiera que vayas.

    Y te pedirán matrimonio en román paladino.

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  6. Mucho me temo que sí. JuanRa. Un abrazo bien fuerte.

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