miércoles, 6 de enero de 2010

En busca de O'Connell

Tengo una vaga certeza, un deseo con aspiraciones de convencimiento, de que que este año nos reconoceremos, de que volveremos a jugar sobre la nieve de las palabras, a pelearnos con dobles sentidos, con amagos de besos colgados de ganchos de izquierda. A Cicely no se llega sino en alas de tu avioneta, cuando el doctor neoyorquino deja de gruñir por las pelotas de golf perdidas bajo las pisadas de un alce y se permite cerrar los ojos para encontrarte bajo un rostro conocido, al que no supo prestar la atención merecida.

Estaré atento a la aurora boreal.




8 comentarios:

  1. Y a todo ésto, hacía tiempo que quería preguntarte ¿qué me dices de Doctor Mateo? ¿eh? Buf...

    ResponderEliminar
  2. Soy un soso cáustico, Aroa :D

    Abuela, cuando me comentaron que era un Doctor en Alaska a la española, me contraindiqué la visión de un solo minuto de la serie. Por un momento, me puse dogmático.

    ResponderEliminar
  3. Todo lo soso que quieras, todo lo cáustico. Pero un ternín.

    Como John Wayne, mismamente.

    ResponderEliminar
  4. Con la diferencia de que él donde ponía el ojo, ponía la bala. Y yo debo tener el ojo de cristal, porque no acierto una.

    ResponderEliminar
  5. No desesperes, Fleischman. Pero procura buscarte una O´Connell sin maldición, you know, todos sus novios acababan muriendo, jajajaja.

    besote

    ResponderEliminar
  6. ¡Muy bien, muy bien! Cruzo los dedos para que el 2010 te traiga tu O'Connell, señor carnicero...
    ¡Brindo por tu año!
    Beatriz

    ResponderEliminar
  7. Me veo aplastado por un satélite artificial, ETDN.

    Anda, Bea. Grata visita la tuya, gracias por las good vibrations ;)

    ResponderEliminar