jueves, 19 de noviembre de 2009

AL POETA SALVAJE DE MEDIO PELO

Y tú, ridículo poetucho de media luna,
que te prostituyes en la esquina de cada palabra
llenando tu boca de mierda inodora
y no quieres ni limpiar mi escupidera,
te crees ahora con derecho a la pose,
al gesto de tipo duro, urbano, borracho y gris,
como el reflejo de Bukowsky en un espejo
demasiado limpio.

Bohemio de piel de gacela, te desprecio.
No eres más que la peana de la estatua
que nunca erigiré al poeta más rasgado.

Bohemio de piel de gacela, reconozco el perfil
y esparzo tu lengua sobre el mármol,

en finas lonchas,

hasta llegar a la raíz del silencio.

(Observa el entremés,
desde el palco oscuro,
el viejo Hank de uñas sucias).


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