martes, 25 de enero de 2011

DICEN QUE ESTÁS MUERTA, de María Zaragoza



Por mucho que pretenda afirmar lo contrario, siempre me ha resultado difícil criticar con objetividad las creaciones de personas a las que, por suerte, conozco. O me puede la absoluta confianza y acabo cayendo en una frivolidad que puede resultar hiriente, o me invade un pudor ceremonial al descubrir en el texto los intrincados mecanismos que mueven sus resortes internos.

Desprender autor y obra, un ejercicio que suele ser tan sano como recomendable por regla general, se me antojaba harto difícil cuando encaré la lectura de la novela de María Zaragoza. He coincidido con ella  en demasiadas pocas ocasiones, pero siempre a resguardo de una simpatía mútua que nació bajo extrañas circunstancias. Y pese a conocer sólo de pasada sus andanzas, venturas y desventuras, no pude dejar de ligar la historia narrada con el particular universo de su autora.

Como ella mismo insiste en recordarnos, a poco que prestemos atención, estamos ante una falsa novela negra. La trama policial,  las circunstancias del crimen y su resolución, importan poco o nada a la autora, al menos en su armazón. La explicación del crimen puede o no resultar satisfactoria para el amante del género negro, pero lo que importa en esta obra es el mensaje que subyace: que todos y cada uno de nosotros escondemos una bestia (o habría que decir un tigre) en nuestro interior, una fiera que pasea a la sombra del fantasma del amor.

El carácter simbólico de algunos personajes, los juegos de réplica y duplicación, de espejos y moscas a uno y otro lado del cristal, nos hablan de los mecanismos básicos que rigen el amor y el odio,  la vida y la muerte. Unas reglas a los que todos estamos sujetos invariablemente. Y una de ellas es que para construir, suele ser necesario destruir, conformar una tábula rasa desde la que empezar alejando los fantasmas del pasado, asesinándolos si hace falta.

3 comentarios:

  1. Excelente y acertada reseña, amigo Fleischman.

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  2. Ya. Todo esto está muy bien. ¿Pero a ti te ha gustao o no te ha gustao?
    :-)

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  3. Tal vez podría haber quedado más redonda con menos extensión, pero es el riesgo de llevar varias tramas a la vez. María ha apostado fuerte.

    Luego me admira lo bien trenzadas que están las distintas tramas, en plan Magnolia.

    Además, tiene la gracia de cabalgar entre generos y tiene reflexiones y momentos muy buenos. Por poner alguna pega, hay partes en la que el desarrollo de la trama se ralentiza un pelín, al cobrar la narración un tono reflexivo que a veces da vueltas sobre las temas ya tratados. Esto, para que no parezca un comentario pelota.

    Otra cosa es que me vayan más otro tipo de novelas, pero eso ya es una cuestión de preferencias personales.

    Y María gusta a cualquiera que la conozca, por supuesto.

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