viernes, 18 de noviembre de 2011
HEADSHOT
No es necesario que me ponga a estas alturas en plan proselitista con The Wire. Accedí a la serie demasiado tarde, o tal vez en el momento justo para que se me bajaran los humos como narrador, y la mayor parte de vosotros la conocéis, aunque no seais íntimos de Vargas Llosa o no lleguéis a dominar el slang de los negratas de Baltimore.
Tampoco tengo ganas y memoria para empezar a analizar una serie que se da a conocer por si misma, como una medusa espatarrada sobre la arena, esperando a que alguien la pinche con un palo o recoja uno de sus tentáculos con unas pinzas de detective.
Tan solo vengo a decir que estoy fascinado por la estética del headshot, el tiro en la cabeza repentino que acaba con todo en un instante, como una aguja que pincha la precisa piel de globo que da forma a los personajes. Es el engranaje que ajusta la balanza en un ecosistema en el que los roles cambian para que nada cambie. El police work se compensa con la mordaza de las estadísticas, los peldaños muestran su juguetona ambivalencia y uno puede ascender o defenestrarse sin consecuencias funestas para el decorado que enmarca la escena. No hay héroes sobre pedestales, ni malvados sin corazón en West Baltimore y todo puede acabar con un tiro en la cabeza en una tienda con cristal acorazado o en una confesión redentora en una reunión de drogadictos. No hay más, la vida seguirá tragando el humo de los coches que pasan por una autovía demasiado atestada y no cabe más esperanza que la de buscar un momento de coherencia, una cabeza apoyada sobre el hombro, lejos del impostado libreto del drama.
La locura de Ajax arrojándose sobre su propia espada clavada en la arena no es más digna que el turbio desistimiento de los yonkis mordidos por sus agujas.
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Hace nada, la he descubierto yo. Había oído y leído tantos elogios que probé; probé varias veces, y al principio no veía nada.
ResponderEliminarAhora soy adicto.
Me parece magnífica. Realista como casi ninguna. Sin alardes, sin personajes deslumbrantes; solo buen contenido bien contado.
Un abrazo.
Justo lo que me pasó a mí. Te envidio por estar viéndola ex novo. Yo la revisitaré cada tanto, es imprescindible.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues dondequiera que se aloje la curiosidad en nuestro cuerpo, acabas de hacerle un agujero a quemarropa y me está brotando a borbotones.
ResponderEliminarInvestigaré, Fleischman.
Un abrazo
Vale muchísimo la pena, JuanRa. Una obra maestra por la forma de reflejar la realidad, el uso del punto de vista y la perspectiva, el cambio de roles.
ResponderEliminarUn consejo: dale una oportunidad, al menos tres o cuatro capítulos. Y no trates de entender todo lo que dicen, ni el quién es quién desde el inicio.
Por supuesto, en versión original. No por gafapastismo, sino porque los negratas pierden mucho doblados, qué leches.
Abrazote.
Pues voy a darle una oportunidad aunque no me llame mucho, que estoy sin series ahora mismo.
ResponderEliminarYo te sigo recomendando United States Of Tara... tiene chicha :)
Un saludo de la chica tripolar!